De cara al futuro, la política comercial estadounidense muestra señales de estabilización, lo que sugiere que podría convertirse en un reto crónico, más que agudo, para los mercados. Aun así, el entorno sigue frágil, con aranceles elevados en torno al 16%. La falta de datos económicos en EE.UU. también eleva el riesgo de errores en política monetaria y volatilidad inesperada. En este contexto, los inversionistas deben priorizar la gestión activa, evitar empresas con valuaciones altas y flujos de efectivo débiles, y enfocarse en calidad. La diversificación sigue siendo clave, junto con mantener protección en portafolio ante posibles presiones inflacionarias derivadas de los aranceles.