La importancia del cambio climático y la sostenibilidad en los planes de recuperación tras la pandemia refuerzan la oportunidad que se abre para los proveedores de energía limpia. La industria eólica marítima europea, líder mundial, parece bien posicionada para beneficiarse de esta circunstancia.
Una reconstrucción mejor
De acuerdo con los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París, un importante punto para los gobiernos ha sido la meta de lograr la neutralidad climática —o emisiones de carbono "cero netas"— eliminando todo el CO2 que emitimos. La COVID-19 no ha ensombrecido este enfoque. De hecho, la acción global para abordar la "tragedia sobre el horizonte", tal y como Mark Carney, por entonces gobernador del Banco de Inglaterra, describió el cambio climático, se ha convertido en un elemento fundamental de los planes para la recuperación tras la pandemia.
La UE ha comprometido 1,8 billones de euros para reconstruir Europa tras la COVID-19, destinándose el 30% del paquete de ayudas a la protección del clima y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Como parte de su respuesta, el Reino Unido —la primera gran economía en plasmar en ley su compromiso de neutralidad— se ha comprometido con una recuperación económica sostenible a través de un plan de 10 puntos para "una reconstrucción mejor" tras el virus.
El Reino Unido reconoce que, para lograr este plan, será obligatorio emprender una transición energética en detrimento de los combustibles fósiles. Dado que el país ya alberga más capacidad instalada de energía eólica marítima que cualquier otro lugar del mundo, el sector eólico marítimo será un pilar importante de la "revolución industrial verde" de Boris Johnson. Sin embargo, esta visión requerirá una financiación considerable. Si el primer ministro desea materializar su plan de suministrar a todos los hogares del Reino Unido energía eólica marítima en el plazo de diez años, la capacidad marítima actual del Reino Unido tendrá que cuadriplicarse, lo que requiere una inversión de casi 50.000 millones de libras esterlinas1
La UE tiene objetivos igualmente ambiciosos. La estrategia de energía renovable marítima de la Comisión Europea tiene como objetivo alcanzar 300 GW de energía eólica marítima para mediados de siglo, lo cual exigirá financiación por importe de 800.000 millones de euros.
Energía eólica
El auge de la energía eólica marítima tal vez no sea sorprendente dado que el coste de la inversión ha caído en los últimos años gracias a los avances tecnológicos, que han incrementado la eficiencia y la capacidad de los aerogeneradores. La energía eólica marítima también se beneficia de una mayor disponibilidad de emplazamientos frente a la energía solar y la energía eólica terrestre, especialmente en zonas con alta densidad de población como Europa, las costas de Estados Unidos y partes de Asia. Creemos que este extremo la convierte en un ámbito que el mercado debería seguir.
A pesar de la disrupción que la COVID-19 ha causado en los mercados energéticos del mundo, la industria eólica marítima mundial efectivamente asistió a un aumento de la financiación de alrededor de 27.000 millones de libras esterlinas en el primer semestre de 20202 De hecho, la cartera global de proyectos aumentó en casi un 50% entre enero y octubre del año pasado3
Líderes europeos
La energía eólica marítima es una industria en la que Europa se encuentra a la cabeza, no solo en términos de capacidad instalada —el 75% de la capacidad eólica marítima está instalada en Europa4—, sino también por cuota de mercado. Fijándonos en los permisos otorgados hasta la fecha, las empresas europeas tendrán una cuota de mercado del 74% en 2025 en un sector que crece un 13% anual y que ofrece una oportunidad de inversión de 1 billón de dólares durante las próximas dos décadas.
Europa también tiene una ventaja competitiva. Los desarrolladores europeos de energías renovables tienen la ventaja de ser pioneros en energía eólica marítima y se encuentran a la vanguardia en investigación y desarrollo. También se benefician de su escala y su gran base de clientes ofrece una importante ruta al mercado para su producción de energías renovables. Dado que la tecnología eólica marítima continúa avanzando, los fabricantes de equipos se están centrando en modelos de turbinas más grandes y más eficientes, un ámbito en que los fabricantes europeos de turbinas van por delante, con ofertas de mayor calidad. Además, la tecnología eólica marítima flotante, aunque incipiente, tiene el potencial de ser la próxima gran novedad en las energías renovables y, de nuevo, se trata de un mercado controlado por empresas europeas5
Creemos que eléctricas europeas como Orsted, RWE, Iberdrola, Enel y SSE se hallan en una posición sólida en este contexto, ofreciendo a los accionistas flujos de caja certeros y crecientes.
La danesa Orsted es líder en el mercado de la energía eólica marítima, con una cuota de mercado del 30% de la capacidad instalada. Incluso durante la crisis actual, la compañía vio cómo los beneficios de sus parques eólicos aumentaron un 16% en el tercer trimestre de 2020 en comparación con el mismo periodo de 2019. Según los proyectos adjudicados hasta la fecha, Orsted parece posicionada para duplicar su capacidad eólica marítima para 2025. Prevemos un crecimiento de los beneficios superior al 10% a medio plazo dada la considerable ventaja competitiva que brindan la escala y el historial de la empresa.
La británica SSE se asoció recientemente con Equinor, la energética estatal noruega, para construir el parque eólico marítimo más grande del mundo, Dogger Bank, en la costa de Yorkshire. SSE ha firmado un contrato de 15 años para el proyecto, que debe suministrar el 5% de toda la electricidad del Reino Unido. Pensamos que SSE paga un dividendo atractivo (con una rentabilidad prevista alrededor del 6%) y reviste un alto potencial de crecimiento. Al igual que Orsted, SSE va camino de doblar con creces su capacidad eólica marítima para 2025.
La sostenibilidad vende
Más allá del crecimiento de la energía eólica marítima, las eléctricas europeas que forman parte del mix de renovables general deberían seguir beneficiándose del interés de los inversores en productos sostenibles. Si bien los fondos de renta variable europea convencionales experimentaron importantes salidas en el primer trimestre de 2020, en el punto álgido de las oleadas de ventas con motivo de la COVID-19, sus homólogos sostenibles registraron entradas netas. La tendencia para el resto del año fue menos divergente, pero se mantuvo la preferencia por los fondos sostenibles: los flujos del tercer trimestre hacia dichos fondos fueron un 82% mayores que los flujos hacia fondos convencionales de renta variable6
Dado su flujo de ingresos actuales y en crecimiento, seguimos percibiendo valor en las empresas europeas de energía eólica marítima, respaldado por un crecimiento visible a largo plazo y basado en un entorno regulatorio favorable y una fuerte demanda de los inversores en la megatendencia del clima. Ya sean las turbinas eólicas marítimas, o un mayor valor para los accionistas, estos son claramente el tipo de vientos de cola que nos interesan.