Resumen:
Dado que se espera que la transición global a un sistema energético basado en renovables conduzca a un fuerte aumento en la demanda de minerales críticos, el sector minero puede generar oportunidades de inversión atractivas. Sencillamente, sin las empresas mineras y los metales que producen, no puede haber una transición hacia energías limpias.
Las empresas mineras suscitan preocupación entre los inversores debido al impacto medioambiental y social potencialmente negativo de sus operaciones. Si bien estos temas no se pueden ignorar, también reconocemos el progreso de algunas empresas mineras en términos de sostenibilidad de sus operaciones, así como su contribución vital hacia la transición energética. Creemos que la implicación proactiva puede conducir a resultados más favorables desde una perspectiva de sostenibilidad que las exclusiones generales.
En J.P. Morgan Asset Management, hemos desarrollado criterios para incluir empresas mineras en ciertos fondos sostenibles1. Este artículo describe el marco que han definido y que utilizan los gestores para evaluar aquellas empresas que extraen minerales críticos para la transición energética. Solo incluimos empresas que cumplen estándares medioambientales y sociales estrictos, que participan en la extracción de minerales necesarios para la transición energética y que están dispuestas a colaborar con nosotros regularmente acerca de temas de sostenibilidad importantes y relevantes.
¿Por qué las empresas mineras son importantes para los inversores interesados en la inversión sostenible?
Dado que un número creciente de países están actuando para abordar los riesgos físicos y los relacionados con la transición que plantea el cambio climático, se están implementando cada vez más medidas para descarbonizar las economías nacionales, a menudo sustituyendo la energía de combustibles fósiles por energías limpias o renovables. El desafío de pasar a un sistema energético con menos carbono se complica por el crecimiento simultáneo que se prevé de la población mundial y de la demanda de energía. Dado que las tecnologías de energía limpia como la eólica y la solar, los vehículos eléctricos (VE) y las redes eléctricas requieren cantidades significativamente mayores de metales que la generación de energía tradicional, es probable que nuestra economía actual intensiva en carbono se vuelva mucho más intensiva en metales.
Se están produciendo intentos de tratar de satisfacer este aumento en la demanda futura, por ejemplo, mediante el reciclaje de metales. Sin embargo, es poco probable que se pueda anular la necesidad de que los mineros produzcan metales clave para la transición energética, como el cobre, el níquel, el litio y el aluminio2. Por tanto, las empresas mineras podrían asistir a un fuerte aumento en la demanda a largo plazo de ciertos productos básicos a medida que el mundo transite hacia una economía futura más limpia y más desarrollada. En el marco de nuestros fondos sostenibles, creemos que esta demanda de metales para la transición debe satisfacerse de una manera que minimice los impactos medioambientales y sociales adversos con los que históricamente se han asociado las empresas mineras. Puede que algunos inversores deseen dirigir la inversión hacia aquellas empresas mineras que se esfuerzan por reconocer estos efectos y aumentar la sostenibilidad de sus operaciones, contribuyendo al mismo tiempo a las necesidades de la transición.
Tomemos como ejemplo la transición de los vehículos con motor de combustión interna (MCI) a los VE. Un VE medio requiere cinco veces más minerales que un automóvil convencional; la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en su escenario de desarrollo sostenible para alcanzar la neutralidad, pronostica que el suministro de litio tendría que multiplicarse por 40 para satisfacer la demanda futura de VE y además se debería producir un salto análogo en el suministro de otros metales.3
La generación de energía limpia exige un aumento similar en el uso de metales. Para construir un parque eólico marino, se precisa de alrededor de nueve veces más recursos minerales que para construir una planta de gas natural4, pero, debido a la naturaleza intermitente de la generación de energía renovable, se necesita energía de respaldo o almacenamiento de energía en sistemas con un gran volumen de renovables. Como resultado, 1 megavatio (MW) de energía eólica o solar no se puede considerar un reemplazo similar para la generación de energía de gas natural existente, que es flexible y puede proporcionar electricidad según la demanda. Las energías renovables deben complementarse con una infraestructura de almacenamiento adicional, que en sí misma es muy intensiva en metales, o debe construirse más capacidad de renovables para suavizar las brechas en la generación de energía. Ambas opciones aumentarían aún más la cantidad de metal necesaria5.
Gráfico 1: Demanda total de minerales para tecnologías de energía limpia por escenario, 2010-2040
¿Pueden las empresas mineras contribuir a unos resultados sostenibles positivos?
Como facilitadores clave de la transición energética, creemos que las empresas mineras pueden contribuir a las iniciativas para lograr resultados medioambientales positivos, pero solo si gestionan adecuadamente su impacto en los entornos y las comunidades en las que llevan a cabo su actividad.
Los inversores deben asegurarse de que las empresas mineras en las que invierten tengan modelos comerciales que busquen mitigar los resultados adversos y cualquier forma de daño significativo en la medida de lo posible. El surgimiento de las mejores prácticas del sector también puede ayudar a guiar la evaluación de los problemas medioambientales y sociales en relación con cada empresa.
Además, las empresas mineras también tienen el potencial de crear resultados sociales positivos para las comunidades en las que se encuentran activas. La necesidad de unas buenas relaciones a largo plazo con las comunidades locales y su cooperación implica que las empresas mineras a menudo se vean incentivadas a priorizar proyectos sociales, creando beneficios potenciales para el bienestar y el desarrollo de la comunidad en general. Esta "licencia social para operar", que puede ser esencial para las empresas de recursos naturales que emprenden su actividad en múltiples regiones, a menudo remotas, de todo el mundo, puede incluir contribuciones a la provisión de infraestructura, agua, energía e incluso atención médica y educación, con resultados sociales positivos que se extienden a la creación de empleo y la capacitación en habilidades en áreas locales.
La inversión en infraestructuras asociada con las minas debe ser regulada y controlada cuidadosamente para minimizar cualquier daño medioambiental. Utilizamos los criterios descritos en el siguiente apartado para llevar a cabo este control y esta evaluación. Sin embargo, este también es un ejemplo de cómo las empresas mineras pueden llegar a impulsar el empleo local y las perspectivas de crecimiento, en línea con las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8 de las Naciones Unidas, a fin de generar trabajo decente y crecimiento económico, a menudo en zonas donde las oportunidades laborales alternativas son escasas.
Criterios de J.P. Morgan Asset Management para incluir empresas mineras en fondos sostenibles
Las empresas mineras involucradas en la extracción de minerales críticos tienen un papel vital que desempeñar en la transición hacia una economía global más sostenible, pero también pueden contribuir a las incidencias adversas para la sociedad y el medio ambiente. Para mitigar el riesgo de que una empresa en la que invertimos cause un perjuicio medioambiental o social significativo, cuando evaluamos la aptitud de una empresa minera para nuestros fondos sostenibles, nos hacemos cuatro preguntas principales:
La primera pregunta, que tiene que ver con la extracción de carbón térmico, es la más sencilla de evaluar, ya que aplicamos criterios de exclusión basados en umbrales de ingresos para el carbón térmico en toda nuestra gama de productos sostenibles6. Sin embargo, la segunda pregunta, sobre la sostenibilidad de las operaciones de una empresa con respecto al medio ambiente y las comunidades locales, tiene muchos más matices. Valorar si una empresa está operando de manera responsable requiere evaluar sus políticas y procedimientos actuales, así como sus prácticas pasadas, para confiar en su idoneidad e incluirla en un fondo sostenible.
En el ámbito medioambiental, tres de nuestras consideraciones clave son: intensidad de carbono, consumo de agua y biodiversidad. Además de contribuir a la transición energética, las empresas mineras deberían evidenciar claramente sus iniciativas para mejorar su perfil medioambiental. En términos de intensidad de carbono, nuestra opinión es que las empresas mineras deben apuntar activamente a la reducción de su propia huella de carbono y establecer objetivos a corto y largo plazo para comparar sus avances. En cuanto al uso del agua, esperamos que dichas empresas informen sobre los volúmenes utilizados, especialmente cuando operan en regiones con escasez de agua, y que implementen políticas específicas para la reducción de consumo de dicha materia prima. Por último, en términos de biodiversidad, esperamos que las empresas tengan procedimientos para reducir las incidencias adversas, y que las empresas líderes muestren planes para mejorar la biodiversidad en los emplazamientos de sus operaciones.
Cuando se trata de la responsabilidad que las empresas tienen con las comunidades locales, dado que el concepto de la licencia social para operar es crucial para las empresas mineras, evaluamos si una empresa se ha comprometido con el consentimiento libre, previo e informado y si tiene como objetivo mantener relaciones sin controversias con las comunidades. Además, esperamos que la dirección se asegure de que la seguridad operativa se priorice en las más altas instancias de la organización y exigimos a las empresas controles sólidos contra el soborno y la corrupción. Identificamos dichos problemas y los controlamos con cribados de controversias, nuestra lista de verificación de analistas de 40 preguntas, el seguimiento de los datos de ganancias que se publican, las reuniones con los equipos directivos y, cuando corresponde, documentos de clasificación desde el punto de vista de la sostenibilidad.
Si una empresa cumple nuestras expectativas sobre la sostenibilidad de sus operaciones, nuestra tercera pregunta es si sus productos están ayudando a resolver los desafíos globales de sostenibilidad. En el caso de las empresas mineras de nuestros fondos sostenibles, la atención se centra en el papel que pueden desempeñar para facilitar la transición hacia la energía limpia. No solo analizamos la combinación actual de producción de minerales de una empresa, sino también la inversión en inmovilizado. Por ejemplo, tenderemos a favorecer a aquellas empresas con una mayor exposición al cobre o con planes para aumentar esa exposición a través de inversiones específicas, debido a la importante necesidad de cobre en la electrificación y la importancia de la electrificación como estrategia para alcanzar los objetivos de neutralidad.
Nuestra cuarta y última pregunta tiene que ver con la implicación de los accionistas. Dados los riesgos que rodean las operaciones de las compañías mineras, nuestro objetivo es establecer un diálogo continuo con las empresas en las que invertimos. Los diálogos con ellas nos permiten hacer que las empresas rindan cuentas sobre sus compromisos de sostenibilidad y alentar una mejora continua de las prácticas medioambientales y sociales, manteniendo al mismo tiempo nuestra inversión en los recursos necesarios para un mayor despliegue global de tecnologías limpias.
Caso práctico sobre transición energética: Anglo American
Anglo American es una empresa minera global con exposición a metales necesarios para la transición energética, como el cobre, el níquel y los metales del grupo del platino. Además de producir recursos importantes para la transición, la empresa se comprometió a abandonar por completo el carbón térmico, estableció objetivos de descarbonización de Alcances 1, 2 y 3, e invirtió y estableció asociaciones con empresas de energía renovable en Chile, Sudáfrica y Australia. El resultado es que casi el 100% de la producción minera actual de Anglo se basará en electricidad renovable para 2030.
La compañía también ha realizado inversiones pioneras en camiones de hidrógeno (en la foto) para reemplazar sus camiones diésel actuales y una parte considerable de su inversión en inmovilizado se asigna a "productos habilitadores del futuro", lo cual enfatiza su compromiso con un modelo de negocio descarbonizado y sostenible. La compañía se ha comprometido además a lograr un impacto positivo neto en la biodiversidad en todas sus operaciones, incluidas la rehabilitación de emplazamientos y la mejora de los ecosistemas.
En lo referente a asegurar su licencia social para operar, Anglo American cuenta con programas destinados a aumentar el acceso a la educación infantil en las comunidades en las que lleva a cabo su actividad. En Sudáfrica y América del Sur, la empresa respalda a más de 600 escuelas y tiene como objetivo invertir 61 millones de USD para 2027 para mejorar los resultados educativos de sus programas en Sudáfrica. La compañía también se ha fijado para 2030 el objetivo de crear en las comunidades donde opera cinco puestos de trabajo fuera de sus emplazamientos por cada empleo en ellos. Para finales de 2022, había creado 114.535 puestos de trabajo a través de programas de desarrollo socioeconómico, incluidos 1,8 puestos de trabajo fuera de sus emplazamientos por cada empleo en ellos.
Conclusión
Las empresas mineras activas en la extracción de minerales críticos son un componente importante de la transición hacia una economía baja en carbono. Estas empresas respaldan la demanda de energía verde y movilidad, que aumentará exponencialmente en las próximas décadas. En vista de su enorme escala y alcance global, las empresas mineras que dan prioridad a la sostenibilidad en sus operaciones tienen el potencial de contribuir no solo a la transición hacia la energía limpia, sino también a la consecución de otros desenlaces sostenibles, como los descritos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Sin embargo, para que las empresas mineras sean incluidas de manera creíble en ciertos fondos sostenibles, utilizamos criterios sólidos a fin de evaluarlas en aspectos medioambientales y sociales, y aspiramos a implicarnos regularmente con sus equipos directivos con el objetivo de garantizar el progreso y la responsabilidad en estos temas cruciales.