ETF: La gestión activa es el futuro
Descubra el futuro activo de los ETF. Obtenga más información acerca de nuestros conocimientos técnicos sobre negociación y sobre las ventajas de los ETF activos, para poder elegir la estrategia de inversión correcta.
Los fondos cotizados (ETF) de gestión activa permiten a los inversores construir carteras con un nivel de sofistificación y diversificación que no podrían haber imaginado hace tan solo cinco o 10 años. A medida que crece la demanda de estrategias activas, es importante que los inversores entiendan perfectamente cómo funcionan en comparación con los fondos de gestión pasiva y cómo se pueden emplear en las carteras.
Cinco cosas a tener en cuenta cuando se invierte en ETF de gestión activa
Como sucede en los ETF de gestión pasiva, los ETF de gestión activa necesitan evaluar las capacidades del proveedor del ETF, la estructura del fondo y el coste de la inversión. Sin embargo, dado que los ETF de gestión activa plantean dudas adicionales acerca de la liquidez y los precios, los inversores también tendrán que analizar detenidamente el motor de inversión del ETF y las capacidades de negociación del proveedor del fondo.
1. Seleccionar un proveedor de ETF que le merezca confianza
Para evaluar los potenciales ETF de gestión activa, los inversores deben tener en cuenta el carácter y las capacidades del proveedor del ETF. Los inversores deberían decantarse por invertir en un proveedor que les merezca confianza y que disponga de un buen historial en términos de conocimientos técnicos y percepciones de inversión.
2. Evaluar el coste total de la inversión
Como en el caso de los ETF de gestión pasiva, el coste total de la inversión debe ser analizado detenidamente a la hora de elegir un ETF de gestión activa. Además del ratio total de gastos (TER), los inversores deben valorar otros costes asociados a la inversión en un ETF, como los costes de transacción asociados al reajuste de la cartera, los costes de negociación y los costes de creación/reembolso. A pesar de que los costes y riesgos asociados a la replicación de un índice físico y sintético (basado en permutas) pueden ser menos relevantes para los inversores en ETF de gestión activa, los costes estructurales pueden ser elevados. Por ejemplo, un ETF de gestión activa puede participar en programas de préstamo de valores para compensar costes, de forma similar a muchos ETF pasivos de replicación física.
3. Entender el motor de inversión del ETF
A pesar de que las estrategias activas tratan de ofrecer un potencial exceso de rentabilidad en comparación con el índice de referencia, las posibles desviaciones de resultados y rentabilidad con respecto a los índices de referencia tradicionales pueden ser mucho mayores que en los ETF pasivos. Por tanto, es fundamental que los inversores se aseguren de que la estrategia activa se basa en un proceso replicable similar, que armonice su tolerancia al riesgo con los objetivos de inversión en general.
4. Analizar la liquidez de los valores subyacentes
Un buen ETF de gestión activa mantendrá exposición a valores subyacentes líquidos y negociables, lo que permitirá que el coste de crear y reembolsar acciones sea bajo, y que la capacidad de ofrecer precios intradía sea alta. Los inversores también deberán tener en cuenta la construcción de la cartera del fondo, para obtener una imagen completa de su perfil de liquidez. Esto significa analizar los criterios de inversión utilizados para seleccionar valores, las herramientas de gestión del riesgo que emplea la estrategia, las consideraciones aplicadas para el error de seguimiento, así como cualesquiera restricciones sobre valores individuales u otras limitaciones de la cartera que vayan a influir en la composición de la cartera.
5. Centrarse en los conocimientos técnicos de negociación
Dado que las estrategias activas disponen de flexibilidad para negociar fuera de su periodo de reajuste normal, los inversores deberán asegurarse de que el proveedor del ETF disponga de los recursos necesarios con respecto a los mercados de capitales y de los medios tecnológicos adecuados para hacer frente a estos requisitos de negociación adicionales. También es fundamental valorar la capacidad del ETF para acceder al mercado secundario – si un ETF es objeto de un reembolso o recibe entradas de capital, puede que no necesite negociar sus valores subyacentes. Los informes de negociación consolidados, que muestran el nivel de negociación extrabursátil (OTC) oculto además de la negociación bursátil, pueden ayudar a dar una imagen más completa del acceso de un ETF a los mercados secundarios.
Uso de ETF de gestión activa en una cartera de inversión
Los ETF de gestión activa son adecuados para ayudar a los inversores a construir el núcleo estratégico de sus carteras. Al mismo tiempo, una estrategia activa se puede utilizar para añadir alfa a una cartera con inversiones básicas pasivas o para realizar asignaciones tácticas en diferentes momentos del ciclo del mercado.
Por ejemplo, los ETF de renta fija de gestión activa pueden utilizar la selección de sectores y valores para mantener una exposición a duración y crédito muy similar con el paso del tiempo, lo que hace que resulten ideales para los inversores que tratan de cambiar de forma rápida y eficaz su posicionamiento en la curva de rendimientos o su sensibilidad a los diferenciales de crédito. Otros ejemplos incluyen la adición de alfa a una cartera de productos básicos o el uso de un ETF de estilo de crecimiento para reducir el sesgo de valor de una cartera a un coste relativamente bajo.